Entre
los caracteres económicos y sociales del mundo europeo del Antiguo Régimen y
los del siglo XIX pueden observarse importantes cambios. Europa pasa de ser un
mundo rural a un mundo industrial urbano; los europeos pasan del taller
artesano a la fábrica, del trabajo manual a la mecanización.
Aumento
de la población
Entre los años 1700 y
1800 la población europea pasó de unos 11 a 190 millones de habitantes.
Comparando este crecimiento con el experimentado en los dos siglos anteriores
se aprecia que se estaba produciendo un cambio radical en la demografía Los datos permiten
afirmar que esta transformación se produjo sobre todo a partir de mediados del
siglo XVIII.
Descenso de la mortalidad
La gran transformación demográfica de esta época se debe,
fundamentalmente, a un descenso continuado y progresivo de la mortalidad el descenso continuado
de la mortalidad se advierte sobre todo en las tasas de mortalidad infantil
aunque el dato que llama la atención es la desaparición de las terribles
epidemias que anteriormente desolaron los países europeos sin embargo para que la población aumente es preciso,
además, que se mantenga la elevada natalidad. Y efectivamente, a lo largo de
este siglo eso ocurrió.
El barco
de vapor
El barco de vapor era
impulsado por una rueda de palas que era movida por una máquina de vapor. En
una primera etapa sólo se aplicó a la navegación fluvial pero más adelante el
barco fue perfeccionándose: la hélice sustituyó a la rueda de palas y, en vez
de madera, se construyeron barcos de hierro.
El ferrocarril
En las minas de carbón
inglesas se utilizaban vagonetas sobre raíles empujadas por hombres o mulas.
Pronto se pensó impulsarlas por una máquina de vapor creando así la locomotora Después de varios intentos
logró ponerse en funcionamiento este sistema de transporte, que tenía grandes
ventajas sobre los utilizados hasta entonces.
El automóvil
Desde los primeros años del siglo XIX hubo inventores que
trataron de aplicar la máquina de vapor al motor de un vehículo. El primero que
lo consiguió logró poner en marcha un motor a gas de combustión interna atado a
un carro. Fue perfeccionándose con la combustión de gasolina y aire.
El carbón
Se necesitaban fuentes de energía para el funcionamiento de
los transportes y de las industrias. La primera de ellas fue el carbón mineral
que era una fuente de energía barata, abundante y de gran poder calorífico
aunque bastante contaminante. Fue la fuente de energía básica de la Revolución.




